El objeto de la competición de Slalom es franquear un recorrido en aguas bravas, franqueando un número determinado de puertas, en el menor tiempo posible.
Cada puerta tocada supone dos segundos de penalización, que se convierten en 50 si se considera mal franqueada.
Los trayectos de Slalom se señalan sobre aguas bravas, esto es, las de dificultad de navegación Nivel III, IV y V, y a los obstáculos fluviales se añaden otros artificiales, independientemente de las puertas, que no son obstáculos.
El recorrido debe tener una longitud mínima de 250 metros, medidos desde la línea de salida hasta la línea de llegada (siguiendo desde la línea central), y se recomienda que la longitud máxima no sea superior a 400 metros. También debe haber un área de calentamiento para los y las competidoras de al menos 100 metros, así como un área de relajación pasada la línea de llegada. El recorrido tendrá un número de puertas que determine el reglamento. La distancia entre la última puerta y la línea de llegada no debe ser inferior a 15 metros ni superior a 25 metros.
El recorrido deber ser totalmente navegable y ofrecer las mismas condiciones para palistas diestros/as y zurdos/as en C-1.
El Slalom está reconocido como olímpico.