Descenso de aguas bravas

El Descenso en aguas bravas es una competición que tiene por objetivo que un competidor en una embarcación sobre aguas bravas de dificultad de navegación Nivel III, IV y V, descienda por un recorrido establecido en el menor tiempo posible. 

En este tipo de pruebas es obligatorio el uso de chaleco salvavidas y de casco.

Las pruebas de descenso son cronometradas y se dividen principalmente en dos modalidades: clásica y de sprint. En sus inicios sólo existía la modalidad de mayor distancia (ahora llamada clásica), hasta que se introdujo una versión más corta, de sprint. Las pruebas clásicas varían de entre 5 a 10 kilómetros (10 a 30 minutos) de distancia, mientras que las de velocidad suelen oscilar entre los 200 y los 600 metros (un minuto). La mayoría de los palistas se especializan en una de las dos modalidades, aunque acostumbran a competir en ambas. Los descensos pueden contener aguas bravas de Clase dos a Clase cuatro.

Esta disciplina utiliza dos tipos de embarcaciones: la canoa (C) y el kayak (K). Hombres y mujeres compiten en pruebas individuales tanto en canoa (C-1M, C-1W) como en kayak (K-1M, K-1W); al igual que en el barco doble (C-2M, C-2W), en pruebas individuales y por equipos. Los equipos están formados por tres competidores de la misma clase. Las piraguas de aguas bravas son largas y estrechas, con un casco redondeado, lo que las hace más rápidas, pero también inestables y difíciles de girar, por lo que los palistas inclinan la embarcación hacia un lado en lugar de usar golpes amplios.

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